El silencio era tan duro como esas paredes el último tiempo, el encierro demasiado melancólico. Aprovechando la indiferencia de mis padres y siguiendo cierta sincronía rítmica e impositiva entre mi cuerpo y mis impulsos, deje que la explosión que me atravesaba rompiera las ventanas en un nudo que acotaba mi ánimo de estas semanas o tal vez meses. De un solo placentero golpe saltaron los vidrios en libertad y se abrió un nuevo destino desconocido al que entregarme. Salté y listo, me escapé ya no hay vuelta atrás , vuelvo la vista y miro mi casa lejos con su orgullo amenazante, hasta nunca, me despido para siempre. Corro los mas rápido que puedo, necesito crear mi propio viaje, hacerme prófugo de esas leyes en mi cabeza, de ese personaje de los diminutos y aburridos movimientos hogareños, aquel que ahora abandono para asistir a una no muy clara explosión final. Y ya la siento temblándome en las células, acelerándome el pulso, hirviéndome en los pies, una fuerza pirotécnica que me obliga a correr poseído sin el asqueroso control del destino, que es puro miedo al fin y al cabo. Corro y respiro en mil latidos inhumanos, cruzo calles inmediatas entre trazos de autos, luces deshaciéndoseme en los ojos, no le temo a la noche o a lo incierto de la meta inexistente. Corro sin hacer caso al sudor acumulado en los párpados o al mareo y mientras mas atrás queda ese lugar tan quieto mas siento que esto es la vida, correr, escuchar los gritos que entonan las calles. Y de miedo respiro aun mas rápido hasta que me duele, hasta que quiero llorar, detenerme. Justo a tiempo el río a mi lado me salva, ahora mas cercano que nunca. Miro el agua, se destroza, se parte en infinitos pedazos y apesar de eso no abandona sus brillos blancos , lo reto a una carrera. Debo ir lo mas lejos posible, aunque me trague la lengua de esfuerzo, a un lugar en que no me encuentren, donde no existan semanas o percepciones ordinarias, donde poder sentir el sol. Y veo los árboles, con la velocidad son nada mas que neblina, me vitorean, es el viento su aliento ,es el grito de las hojas en mi cara. Decidido por la ovación , en un apretado salto furioso logro estirarme en el aire, alargarme aprovechando un movimiento telúrico impercetible en otro contexto y rebotan mis pies, subo ingrávido, hasta pasar los edificios y cruzar a la noche. Yo salto para caer, como lo hacen los ángeles suicidas o como caen los poderosos hiriéndose la cara, abandonados a la humildad. Sigo mi camino, no entiendo donde me dirijo, ya no me interesa, las quietas esquinas van despareciendo demasiado rapido entre colores verdes y llego al pie de la montaña, he perdido mis recuerdos, el presente es la altura vertiginosa. Veo atrás, lejos ese valle tan grave , adelante mis pasos cerca de la cima. Y en el borde creo ya en mis átomos separándose de a poco con la temperatura caliente, logro ver la inmensidad del paisaje en frente, el vaho peleando con el aire. El cuerpo partiéndose por la mitad desde el estómago, una energía q sube sin el mismo apuro de mi sangre y me atraviesa el pecho, es el sol que me sale suavecito por la boca, haciéndome sonreír. Amanece.
jueves, agosto 30, 2007
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4 comentarios:
saludos pico!
interesantisimo blog, tanto como este post,
se que debiera decir algo medianamente intelectualoide en este momento pero no se me ocurre nada...
Gracias por las caras y si, deberiamos hacer un club de babosos por bukowsky
Seguire mirando,
hasta luego
pico
ij
NO POR FAVOR YO SOY PURO SENTIMIENTO Y NADA DE CEREBRO! XD
ya q nadie me postea esto te dire gabo q te arrances de la casa y seas vagabunda adios
ladskjcfhvslgibksgb k
ya.
no te salgas de tu casa
.
pero escribes tan bonito que me imagino todo, pero asi como en monitos.
pero no lo hagas
nunca más
ya?
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