jueves, abril 30, 2009
Historia del patito feo que no encontró a los cisnes
No porque uno nasca en el lugar equvicado, o en la especie incorrecta, no porque mi madre olvidara mi huevo en la deriva, no porque me sienta pajarito y no lo sea voy a dejar de cantar. PIO PIO POOH PIO. Me paro en el borde de una acantilado de cemento y canto, miro el cielo, abro la boca lo mas grande que puedo y amo aquel sonido sea como sea que aparesca, oscuro o desafinado. Las nubes dependiendo del tonito que imponga cambian suavemente de color, como si se sonrojaran. La soledad es un lugar tibio comparado con las conversaciones telefónicas. Tengo una amigo, lo conocí porque planea en un aeroplano pequeño y transparente, me saluda y agradece por los nuevos rosados amarillos y azules. No he cruzado niguna palabra con él, pero sé que planeamos montar un espectáculo cuando dominemos a cabalidad nuestras respectivas técnicas. Todos lo verán y ese día sorprenderá la nueva lógica de los cielos. Quizás nos encuentren, ojalá que no, me gusta este gigante escondite.
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1 comentario:
dejando de lado este bello escrito puedo decir que estoy haciendo pajaritos en grabado, nada demasiado que ver con lo que haz mostrado, pero bueno, mis impresiones son de la más blonita índole.
besos y apapachamientos
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