Veo en la mitad de un cerro
detrás de un macetero de lata
sobre una planta rizada
un sol de silueta expansiva
a la izquerda y arriba.
A la derecha y arriba
la carta vuela dentro del avión
que se cruza a paso oscuro
entre los vapores blancos
y los asteriscos.
Suicidame dice aquel papel.
Y las hormigas se llueven
se pelean gigantes
dentro de esas nubes
con caligrafia redonda.
Quiero decir que no me dejes
teletransportate conmigo
son 4 los ojos de volantín,
alejándose hasta el núcleo
del cielo.
Todo esto que les digo
sobre la antena,
la estrella directa
gira en espiral
en un tornado.
Son la crema y el agua
que rompen mi carta.
Son las patadas a la puerta
es el fantasma en la casa
y es el ratón que me acompaña
corriendo su laberinto propio.
Juego a las quemaditas
con un juguete que me mira fijo,
él siempre , maldito, me gana,
obvio.
viernes, septiembre 25, 2009
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