En el bosque donde reina el arbol escondido en el clóset, existen ciertos animales luminosos que se dejan ver una vez a una sola persona en toda la eternidad, se muestran a aquellos que gustan de hacer dibujos sobre el río. Acá la gran madre es la manifestación colectiva de cientos de rosas de azúcar que crecen como alimento de los vientos dulces, que puedes oler al respirar. Su guardián es un oso hormiguero que camina huraño, solitario y fosforecente. Sobre las copas de los árboles esqueletos humanos viven aullando y comiendo frutas buscándose simios y celebran su propia muerte florida. Y las nubes bajan confundidas buscando el cielo.
viernes, octubre 08, 2010
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